Encuentra su denominación original como xocoatl, en el apogeo del imperio Azteca, sobre el idioma náhuatl, aún vigente en numerosas comunidades del territorio mexicano. Está construído a partir de xoco, entendido como amargo o agrio, y atl, en referencia a agua. La receta del pueblo azteca estaría dada por la fusión granos de cacahóatl (cacao) y póchotl (ceiba) en agua fría o a temperatura natural. Otra versión discutida y muy aceptada remite a chocolatl, desglosándose en choco, por chocoxtic, indicando el color café y amarillento característico, en lugar del sabor, y luego atl, nuevamente por agua.

Por su parte, el árbol fuente del cacao tiene el nombre de Theobroma (género) Cacao (especificación) L. (inicial que homenajea a su descubridor, en este caso el naturalista Carlos Linneo), cuya significación se lee como «alimento de los dioses». Su degustación amarga sería equilibrada con azúcar por la cultura española-europea, donde llegaría en el siglo XVI, y a fines del siglo XVII tomaría la forma sólida en barra como un dulce. Es una herencia linguística que se ha mantenido como tal en numerosos idiomas.