Etimología de Carnaval

Tiene referencia en las formas italianas carnevale, carnovale, de donde también se inspiró el francés carnaval, con raíz en el latín medieval carnelevāre, *carnem levāre, sobre los componentes caro, carnis, de ‘carne’ propiamente dicha, y levāre, de ‘sacar’, ‘quitar’, ‘llevar’, ‘levantar’, ‘elevar’, cuya combinación resulta un calco de la expresión griega ἀπόκρεως (apókreōs), precisamente con el sentido de ‘no comer carne’. Originalmente, remitía a la noche anterior al Miércoles de Ceniza, la composición guarda la idea de ‘quitar o abstenerse de comer carne’, lo cual se vincula directamente con la práctica cristiana de la Cuaresma, un período de ayuno y penitencia antes de la Pascua durante el cual se evita el consumo de carne.

Aunque la etimología apunta a un marco religioso específico, ha trascendido ampliamente sus orígenes ascéticos, para transformarse en una referencia de festividad por sí sola, que abarca una amalgama de tradiciones, rituales y celebraciones, muchas de las cuales preceden incluso al cristianismo que tienen ciertas coincidencias con festivales paganos de la antigüedad, como las Saturnalias romanas y los festejos en honor a Dionisio en Grecia. Estos festivales antiguos eran tiempos de desinhibición y exceso, y se permitía a la gente disfrutar de placeres terrenales.

El carnaval se ha convertido en una celebración de la vida, la cultura y la comunidad. En muchos lugares del mundo, el carnaval es un momento para la expresión artística a través de la música, el baile, los disfraces y los desfiles, reflejando la diversidad cultural y fomentando la unidad comunitaria.

Supone un testimonio de cómo las palabras y las tradiciones pueden transformarse significativamente a lo largo del tiempo. Lo que comenzó como una expresión lingüística del ayuno y la preparación religiosa se ha convertido en una rica y vibrante celebración global que trasciende su etimología para abrazar un espíritu de alegría, creatividad y resistencia cultural. Refleja no solo un cambio en la práctica y el significado, sino también la capacidad de las sociedades humanas para reinterpretar y reimaginar sus tradiciones, manteniendo un diálogo constante entre el pasado y el presente.

Ejemplos sobre las raíces etimológicas

Sobre la palabra carne, encontramos su influencia, por ejemplo, en:

Carnívoro, en latín carnivŏrus: Compuesta por «carne» y el sufijo -voro, sobre el latín vorare, de ‘devorar’. Por lo tanto, describe a un organismo que se alimenta principal o exclusivamente de carne.

Incarnar que luego se torna encarnar, sobre el latín incarnāre: Remite a ‘hacer carne’ o ‘dar carne a’, utilizado en un sentido figurado para describir el proceso de materializar un concepto, idea o esencia espiritual en forma física o humana, como en «incarnar un ideal».

Carnada: Se refiere a cualquier tipo de carne o sustancia similar que se utiliza para atraer y capturar peces u otros animales durante la pesca o la caza, marcando el uso de «carne» como medio de atracción.

Carnal, en el latín carnālis: Este adjetivo se utiliza para describir algo relativo o perteneciente a la carne, en un sentido físico o biológico. También se emplea para indicar una relación de parentesco «por sangre», es decir, relaciones entre hermanos o familiares directos, contrastando con las relaciones por afinidad o espirituales.

Con respecto a levāre, se destaca:

Aliviar, en latín alleviāre: Compuesto por el prefijo ad-, ‘hacia’ y levāre, ‘levantar’, ‘aliviar’, este verbo describe el acto de hacer más llevadera una carga física, emocional o mental. Trata la idea de reducir la severidad o intensidad de algo, proporcionando consuelo o solución a una situación difícil.

Elevar, en latín elevāre: Formado por el prefijo e-, una variante de ex-, que indica ‘hacia fuera’, y levāre. Este verbo implica el acto de levantar algo o a alguien a una posición más alta, tanto en el sentido físico como en el metafórico, como elevar el espíritu o el nivel de algo.

Relevar, en latín relevāre: Combina el prefijo re-, con propiedad de intensificación, repetición, y levāre. Este verbo tiene varios usos, incluyendo el sentido de sustituir a alguien en una tarea o responsabilidad, aliviar una carga al tomarla sobre sí, o destacar la importancia o el valor de algo.

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