Marx y Engels introdujeron el concepto de lumpemproletariado, en alemán Lumpenproletariat, y resumido en Lumpen, para describir un nivel social que se situaba en los márgenes de la clase obrera industrial, un grupo desclasado que vivía afuera de la economía productiva. Este «proletariado en harapos» incluía a vagabundos, delincuentes, y otros elementos sociales que, según ambos autores, carecían de conciencia de clase y, por lo tanto, no podían desempeñar un papel positivo en la lucha revolucionaria del proletariado. El lumpenproletariado era potencialmente reaccionario, susceptible de ser utilizado por fuerzas conservadoras contra el movimiento obrero.

Una de las referencias más notables al lumpenproletariado se encuentra en «El Manifiesto Comunista» (1848), donde Marx y Engels describen cómo la burguesía «ha generado» a esos estratos sociales como «vagabundos, delincuentes, prostitutas», entre otros, considerándolos como parte del «lumpenproletariado». El término se usa para enfatizar la alienación y la desintegración social que resultan de la explotación capitalista, indicando que este grupo podría ser manipulado por la burguesía para sus propios fines, en lugar de servir como una fuerza revolucionaria junto con el proletariado.

En otras obras, Marx profundiza en el análisis del lumpenproletariado, especialmente en su estudio de la Comuna de París en «La Guerra Civil en Francia» (1871), donde examina cómo ciertas secciones del lumpenproletariado pueden ser movilizadas para apoyar movimientos revolucionarios, aunque con precaución sobre su volatilidad y falta de conciencia de clase coherente. Engels, por su parte, en «La situación de la clase obrera en Inglaterra» (1845), proporciona un detallado retrato de las condiciones de vida de la clase obrera en la Inglaterra industrial del siglo XIX, tocando temas que indirectamente se relacionan con el lumpenproletariado, al describir las condiciones de extrema pobreza y marginalidad.

Observar que la RAE recomienda que lumpemproletariado se escriba con m, y no con n, lumpenproletariado. Entre las reglas del español, la articulación nasal que se antepone a b y p está regido por m. No obstante, el acortamiento lleva la letra n, Lumpen, porque en este segundo caso la regla mencionada no se aplica.