Es un neologismo que se ubica en el alemán statistik, instaurado por el economista polonés Gottfried Achenwall, a partir del estudio de Europa y la Antigua Roma en particular, distinguiendo los componentes del latín status y el sufijo -icus, comprendiendo aquello que está relacionado al estado. Tal significado tiene una razón de ser, ya que los romanos fueron pioneros en la admiración del estado e introdujeron procedimientos contables y numéricos para lograr una gestión eficaz de los asuntos públicos.

En este sentido, en la Antigua Roma se llevaron a cabo recuentos sobre asuntos diversos: el censo de la población, inventarios sobre los recursos públicos, controles de precios, registros de mercancías, recuento de dotaciones militares, etc.

Tenemos la necesidad de hacer recuentos y clasificaciones sobre los datos que manejamos. Así, primero acumulamos información a partir de una observación y luego procedemos a algún tipo de ordenamiento sistemático. Este procedimiento se realiza a través de una disciplina específica, la estadística. Con ella es posible comparar datos relevantes y a partir de ellos planificar una estrategia.

La estadística como disciplina científica comenzó en el siglo XVlll

Durante siglos el azar y la providencia eran las ejes de coordenadas que permitían explicar el curso de los acontecimientos humanos. A partir de la Ilustración en el siglo XVlll se impuso una nueva mentalidad y en este nuevo clima intelectual nacieron muchas disciplinas científicas.

Hacia la mitad del siglo XVlll algunas universidades alemanas introdujeron una nueva disciplina en sus planes de estudio con el fin de profundizar en el control eficaz del estado. Esta nueva área del conocimiento recibió el nombre de estadística. Paralelamente, las teorías estadísticas se desarrollaron como consecuencia de los avances en la matemática y en la astronomía (se entendía que si era posible la predicción del movimiento de los planetas, también debía ser factible la predicción de todo tipo de acontecimientos).

En la actualidad algunos parámetros estadísticos tienen un impacto directo sobre la economía

Uno de los más conocidos es el índice de precios al consumo o IPC (este indicador permite establecer las subidas salariales y de las pensiones, dos circunstancias que afectan al consumo y al bienestar de la ciudadanía).

Otros datos importantes son el PIB, la tasa de natalidad y mortalidad o los flujos migratorios. Este tipo de información se elabora normalmente en instituciones públicas, lo cual nos recuerda que la estadística proviene históricamente del control del estado.

En el ámbito privado muchas actividades empresariales dependen de los resultados obtenidos en los análisis estadísticos (por ejemplo, las compañías de seguros fijan las primas de riesgo a partir del cálculo de probabilidades).